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Hoy es siempre todavía

Chapeau Sastre

Chapeau Sastre

Carlos Sastre pasará a la historia como el séptimo español que gana el Tour de Francia, tras lo más granado del ciclismo nacional y mundial (Federico Martín Bahamontes -1.959-, Luis Ocaña -1.973-, Pedro Delgado -1.988-,  Miguel Indurain -1.991, 1.992, 1.993, 1.994, 1.995-, Oscar Pereiro -2.006-, Alberto Contador -2.007-). Me incluyo entre los que temían que no sería capaz de aguantar su exigua ventaja sobre Cadel Evans en la contrarreloj del sábado, y pocas veces se alegra uno más de haberse equivocado.

En ningún momento pareció peligrar su victoria final en la prueba contra el crono, y demostró que ha sido el más fuerte en esta edición de la ronda gala. Me alegro de que haya cumplido su sueño y que haya hecho feliz a tantos y tantos aficionados a este deporte tan sacrificado. Desde luego, ha terminado con el mal sabor de boca de los positivos en los primeros días de la carrera de dos corredores españoles y de un tercero, italiano, pero que corría para un equipo ciclista español aunque tuviera la sede en Suiza.

La victoria de Sastre representa el triunfo del sacrificio y la fe en el ciclismo. Personalmente pienso que hay que humanizar este deporte, que hay que olvidarse de esas arrancadas que nos levantaban del sillón. Tenemos que irnos acostrumbrando a escasos ataques siempre en el último puerto y no a escapadas de 100 kilómetros que llegan a meta con más de diez minutos de ventaja. Salvo honrosas excepciones de superdotados para este deporte.

En este tour se ha hablado de EPO de tercera generación. Seguro que ya están trabajando con la de cuarta y siempre habrá alguien dispuesto a ser el primero en probarla. Sólo cabe esperar que los métodos analíticos sólo vayan un poquito por detrás y las victorias sean limpias y ganadas en la carretera.

Un párrafo para Alejandro Valverde. Tras salir séptimo de Alpe d’Huez perdió dos posiciones en la general en la contrarreloj del sábado, quedando finalmente clasificado en novena posición. Lástima de la caída y del mal día en los Pirineos, en el que la táctica del CSC no le permitió coger al grupo de cabeza en el descenso del Tourmalet, ya que el último puerto lo podría haber aguantado con los mejores. Siempre inquieto y batallante, debería serenarse un poco y ahorrar cualquier esfuerzo innecesario si realmente piensa algún día en hacer algo grande en una de las tres grandes. Pienso que tiene potencial para ello, pero su planificación debería ser totalmente distinta. Él y sus directores son los que mejor saben lo que más conviene al murciano y no voy yo a decírselo desde aquí. En todo caso, felicitaciones por su victoria de etapa (podrían haber sido dos por la descalificación de Riccó), por haber llevado el preciado maillot amarillo, por haber llegado a París (intentando incluso meterse en el sprint en los Campos Elíseos) y por haber terminado ente los diez primeros clasificados.

Como dice mi amigo Valentín, fue un buen presagio que volviera de París con el maillot amarillo el mismo día en que arrancaba la carrera. Desde luego, el mío ha costado menos esfuerzo que el de Carlos Sastre. Que siga la racha en las Olimpiadas. 

1 comentario

Miguel -

No me gusta el Tour. Cada año me gusta menos y creo que el Giro de Italia lo supera tanto en recorrido como en emoción.
No me gusta una carrera donde ningún favorito ataca, donde todos esperan que alguien tenga un mal día (nos toco con Valverde), pero nadie tiene “narices” para decir aquí estoy yo. Y cuando esto ocurre, una sola vez en todo el Tour, y Carlos Sastre salta a pie de Alpe d´Huez nadie va a por el, ningún favorito responde y al final pasa lo que pasa. Un único ataque en una de las pocas etapas con final en alto, después de 18 días de carrera y, repito, un único ataque sirve para ganar un Tour de Francia. ¿Que ha sido de los hachazos y demarrajes suicidas entre favoritos y de aquello de atacar todos los días?
Debe ser ciclismo de otras épocas.
Valverde, favorito vitalicio del Tour, no sirve para esta carrera, cuando los porcentajes dejan de ser de media pendiente no aguanta el ritmo y pierde tiempo,
Evans, el australiano que no ataca ni pegándole, no se puede esperar ganar un Tour aguantando en el grupo de favoritos y esperar la contrarreloj.
Menchov, lo de este hombre clama al cielo, se ha quedado en las bajadas……, un corredor así no puede –debe- ganar un Tour.
Schelck brothers, para mi estos son los Hamilton del ciclismo, si los enseñan bien pueden ser la bomba.
Sastre, un justo vencedor. Simplemente porque fue el único que ataco y eso en este Tour ha sido de valientes.
En el apartado murciano, destacar la etapa de “Luisle” y las 2 etapas (la de Ricco también le pertenece según el reglamento), y maillot amarillo de Alejandro Valverde.
Por cierto, no me gusta el Tour.